Resumen
La angustia moral (AM) es el sentimiento negativo que experimentan profesionales imposibilitados de actuar según lo que consideran correcto. Esto puede estar influido por factores personales, relacionales o propios de las instituciones. Puede generar emociones como rabia, culpa y desesperanza, afectando la calidad de vida de profesionales y sus prácticas clínicas. Desde su descripción en enfermería frente a la futilidad terapéutica, su estudio se ha expandido mediante escalas validadas que identifican su frecuencia, intensidad y contextos. La AM se vincula a insatisfacción laboral, desgaste profesional y hasta abandono de la profesión. En pediatría se expresa con fuerza en cuidados intensivos, neonatales y oncología. A diferencia del dilema ético –donde hay deliberación–, en la AM el profesional actúa en contra de su juicio moral, generando daño por ruptura de la identidad moral. En pediatría, la complejidad aumenta al incorporar a las especificaciones del cuidado, los deseos de familiares sin estar completamente claros de que es lo que hubiese preferido ese niño o niña. La falta de herramientas y recursos institucionales agrava su impacto, lo que fue más evidente en la pandemia de COVID-19. En este artículo se exploran algunas fuentes conocidas, cómo se afectan los profesionales y el impacto muchas veces no advertido de la cicatriz o huella moral. El objetivo de explorar este tema ha sido visibilizar el fenómeno y plantear una discusión que nos permita reflexionar sobre la estrategia y necesidad de promover la resiliencia moral entre profesionales de los cuidados pediátricos.

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